Thousands of years ago, Solomon wrote a book named Ecclesiastes. The observations he recorded in this ancient scroll are timely and relevant today. He wrote about human activity an pursuits being focused on things under the sun or under the heavens. Another way to say that would be people were focused on life without giving a thought to the God in the heavens.
In one section of his observations he wrote there is a time for everything under the heavens: a time to be born/a time to die, a time to plant/a time to uproot, a time to kill/a time to heal, a time to tear down/a time to build…Through a series of opposites he described the way people live life. They had time to do all sorts of things. Likely, you cold write down your own list of opposites that would describe your life and how you fill your schedule.
As Solomon describe how he pursued his dreams, he did so without the God of the heavens being to center or foundation. Yet, he kept bumping up against the God who lived in the heavens. Life without God made no sense and everything he did was ultimately meaningless. He kept coming up empty, and nothing he did ultimately satisfied him. By the end of his writing, Solomon encouraged any who read his observations to put the God of the heavens at the center of their lives while they were still young enough to reap the benefits. Living life with the God of the heavens at the center was the only way to have a meaningful life. That is the wisdom he passed on to us.
As I look around, I see many people who make time for everything under the heavens, but who never seem to have time for the God who lives in the heavens. I encourage you to take Solomon’s words to heart so that you do not ultimately waste your life.
Un Tiempo Para Todo...Excepto
Hace miles de años, Salomón escribió un libro llamado Eclesiastés. Las observaciones que registró en este antiguo pergamino son actuales y relevantes en la actualidad. Escribió sobre la actividad humana y las actividades centradas en las cosas que están bajo el sol o bajo los cielos. Otra forma de decir eso sería que las personas se concentraran en la vida sin pensar en el Dios de los cielos.
En una sección de sus observaciones escribió que hay un tiempo para todo lo que hay bajo el cielo: un tiempo de nacer/un tiempo de morir, un tiempo de plantar/un tiempo de desarraigar, un tiempo de matar/un tiempo de sanar, un tiempo de tiempo de derribar/tiempo de construir… A través de una serie de opuestos describió la forma en que las personas viven la vida. Tuvieron tiempo para hacer todo tipo de cosas. Probablemente, escribas tu propia lista de opuestos que describirían tu vida y cómo llenas tu agenda.
Cuando Salomón describe cómo persiguió sus sueños, lo hizo sin que el Dios de los cielos fuera el centro ni el fundamento. Sin embargo, siguió chocando contra el Dios que vivía en los cielos. La vida sin Dios no tenía sentido y todo lo que hacía, en última instancia, carecía de sentido. Seguía encontrándose con las manos vacías y, al final, nada de lo que hacía le satisfacía. Al final de su escrito, Salomón alentó a cualquiera que leyera sus observaciones a poner al Dios de los cielos en el centro de sus vidas mientras aún eran lo suficientemente jóvenes para cosechar los beneficios. Vivir la vida con el Dios de los cielos en el centro era la única manera de tener una vida significativa. Ésa es la sabiduría que nos transmitió.
Cuando miro a mi alrededor, veo muchas personas que dedican tiempo a todo lo que hay bajo los cielos, pero que nunca parecen tener tiempo para el Dios que vive en los cielos. Le animo a que tome en serio las palabras de Salomón para que, en última instancia, no desperdicie su vida.
Add comment
Comments